Hallé la apertura a tu infinito. Fue como sobrevolar un volcán, sonreír sin motivo. Algo parecido a un viaje en globo, un tour espacial…
Como en tubos de ensayo tu fórmula rebalsó mis fluidos, sedó a Mr. Hyde.
Movilizaste mi multitud reprimida, aquella bandeja giradiscos… La sensación fue estéreo. Nuestro latido, UNÍSONO.
Me enseñaste que el amor es simple en su vocablo, pero expansivo en la reflexión: Vehemente, ambiguo. ¿Qué más? Solo, vos.
David Lampertte
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