prefiero la muchacha de ropas simples
la que no saca notas sobresalientes en el colegio
me gusta la muchacha
que no viste de lujo cuando pasa
la que no pasa como fuego artificial
la que habla como es y es como habla
aquella con quien podamos querer un mismo cielo
un mismo perro
un mismo libro
un mismo árbol
prefiero la muchacha que no se cree
todo lo que le dicen cuando pasa
la que no pasa como espuma de mar
ni se deja llevar por un auto flamante
un avenegra un ingeniero un militar un contador
un gran señor fornicador casado
cansado y cansante
de esos que en vez de amor
ofrecen una póliza de seguro y aburrimientos
garantía sólida y confortable
de morir de tristeza y T.V. Color
me gusta la que mira dulce y manso
la que no es inútilmente agresiva
la que no lee revistas “femeninas”
ni sigue los concursos de “belleza”
la que entra a gusto en una rueda de mate y guitarras
y sabe que aquí no estamos en Londres, París, Nueva York
la que no se cuelga al cuello del automovilista ganador
yo quiero la muchacha que no elige
su joven galán paquete hueco
para lucirlo por ahí
como una prenda más según se estile
la que jamás será dama de beneficencia
ni sueña con casarse de largo vestido blanco
la que no quiere cambiar por cambiar
como cambian los que siguen siempre igual
la que no gasta por gastar su flor
me gustan las simples
muchachas de los pueblos simples
las sudamericanas en zapatillas
sencillas humildes
las que no se las saben todas
ni parecen tan lindas
pero lo son
Rubén VEDOVALDI
De CULTURICIDIO EN ARGENTINIEBLA
Ediciones “NO MUERDEN” Rosario 1991
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